Preguntar e Indagar

20.04.2021

El coaching se basa, en gran medida, en el acto de preguntar. Saber qué y cómo preguntar, o saber qué y cómo preguntarnos, es una competencia fundamental para lograr una comunicación efectiva. Lo mismo sucede con el acto de escuchar: es necesario hacer preguntas efectivas, e indagar en el sentido correcto.

La comunicación humana siempre está cargada de sentido. El que habla, lo hace para ser escuchado y lo que dice, lo dice para algo, sin excepción. Los seres humanos necesitamos asignarle sentido a lo que acontece y -por ello- nos contamos historias acerca de cómo son las cosas. De esta manera, el acto de construir la realidad no solo implica observar y describir, sino que además implica interpretar aquello que percibimos; y esa interpretación la hacemos por medio de nuestros sentidos y a través de nuestro modelo mental. Por este motivo, es tarea de quien escucha develar el sentido que inquieta al hablante y que este puede incluso no tener tan claro, haciendo una interpretación respecto de para qué dice lo que dice. Sin embargo, esta interpretación debe ser chequeada o consultada. Debe ser sometida a la verificación por parte de mi interlocutor, para comprobar si estamos caminando por el sendero correcto o si nos desviamos del mismo en algún lugar.

"Una buena pregunta es una semilla que debe sembrarse para que produzca más semillas, con la esperanza de reverdecer el paisaje de las ideas" dice John Ciardi.

Las personas estamos constantemente comunicándonos, y una buena comunicación entre dos personas exige al que habla "saber decir" lo que quiere expresar, y al que oye "saber escuchar" a quien está hablando. Sin embargo, no siempre el que habla está seguro de que dice lo que quiere expresar. Y no siempre quien escucha está escuchando verdaderamente.

Como receptores de un mensaje, debemos estar atentos y concentrados cuando el otro nos habla, para que perciba que estamos al 100% con él. Solo cuando el otro termine de hablar, reflexionaremos y haremos un breve resumen -con nuestras propias palabras- sobre lo que escuchamos, para comprobar si comprendimos lo que nos quiso transmitir.

Puede suceder que, mientras el otro habla, nuestros pensamientos fluyan, a veces hacia cosas que no tienen que ver con lo que nos dicen. En otros casos, estamos pensando que eso que escuchamos también nos pasó a nosotros, estamos emitiendo un juicio mentalmente o estamos pensando en la respuesta que vamos a dar. Es decir, no estamos con la mente en blanco simplemente recibiendo la información que nos están dando.

Para llevar a cabo una buena escucha, deben realizarse preguntas abiertas y positivas, que se centren especialmente en el futuro y que inviten a la acción. El objetivo es indagar de forma constructiva.

H-G. Gadamer ha visto, una vez más, la importancia de la disposición de la apertura hacia los otros como el aspecto fundamental del fenómeno del escuchar. Dice:

"En las relaciones humanas, lo importante es... experimentar el 'Tú' como realmente un 'Tú', lo que significa, no pasar por alto su planteamiento y escuchar lo que tiene que decirnos. Para lograr esto, la apertura es necesaria. Pero ella existe, en último término, no sólo para la persona que uno escucha, sino más bien, toda persona que escucha es fundamentalmente una persona abierta. Sin esta clase de apertura mutua no pueden existir relaciones humanas genuinas. El permanecer juntos siempre significa también, ser capaces de escucharse mutuamente. Cuando dos personas se entienden, ello no significa que una "entiende" a la otra en el sentido de "escrutarla". De la misma forma, escuchar y obedecer a alguien no significa simplemente que nosotros accedamos ciegamente a los deseos del otro. A una persona así la llamamos esclavo. La apertura hacia el otro, por lo tanto, incluye el reconocimiento de que debo aceptar algunas cosas que van en mi contra, aun cuando no haya nadie que me lo pida".

Uno de los factores más importantes en el proceso de coaching es la comunicación y la escucha como habilidades receptivas. Desde el inicio de nuestro proceso de coaching, estamos intercambiando ideas, emociones y creencias, que nos llevan a la interpretación mental de la realidad.


Para dominar esta competencia tan importante para este proceso, el coach debe utilizar otras competencias como indagar y preguntar en el sentido correcto y adecuado para comprobar que ha entendido bien, concentrarse en lo que dice y cómo lo dice y determinar los sentimientos y pensamientos que están fluyendo en el Coachee.