APRENDER, CAMBIAR, CRECER, REPETIR.

26.03.2021

Cuando hablamos de aprendizaje, nos referimos a la manera en la que ampliamos nuestro mapa.

Pensalo así: existe una brecha entre nuestro estado presente y el estado que buscamos alcanzar. Un aprendizaje implica, entonces, utilizar esta brecha como un puente para ir desde nuestro estado presente, en el que nos encontramos insatisfechos, hacia un estado deseado en relación con nuestros recursos.

¿Cómo aprendemos?

Abraham Maslow, uno de los protagonistas y psicólogos más influyentes de la psicología humanista, estableció cuatro etapas del aprendizaje:

Por otro lado, Rafael Echevarría, uno de los padres del coaching ontológico, desarrolló el modelo OSAR, a través del cual habla de la interacción del observador, el sistema, las acciones y sus resultados al aprender.

Echevarría sostiene que es imposible obtener resultados distintos ante determinada situación, si nuestro comportamiento frente al mundo no ha cambiado.

Este modelo parte de un resultado existente gracias a un plan de acción previamente diseñado. Es decir que, según esta mirada, todo plan de acción tendrá como consecuencia un resultado determinado.

Hablando del aprendizaje en primer orden, menciona que todo resultado es la consecuencia de un sinfín de acciones previas; por lo que, si tenemos intenciones de obtener un resultado distinto, será preciso detectar cuáles fueron las acciones que nos llevaron a él.

Luego aparece el aprendizaje en segundo orden, en el que el protagonista es el observador que ha diseñado las acciones. Aquí es momento de hacer un cambio de mirada y de perspectiva: si somos capaces de modificar a este observador y hacerle ver otro punto de vista que conlleve a otro resultado, habremos alcanzado un aprendizaje de segundo orden.

Es decir que el aprendizaje transformacional requiere de una modificación en el núcleo "duro" del observador. Es necesario lograr un cambio en el juicio, pero siempre dentro del sistema. Aquí es cuando ocurre un cambio de observación y somos capaces de diseñar un plan de acción completamente distinto, buscando resultados completamente diferentes también.

En definitiva, todo aprendizaje nos conducirá a un cambio en nuestro estado. Para ello, debemos ser capaces de afrontar los cambios que estos aprendizajes requieran, y de vivir en consecuencia desde una perspectiva positiva y provechosa.

Julieta Mendoza
Facilitadora de distinciones de coaching