7 verdades sobre el Coaching

15.09.2021

Vivimos tiempos de cambio muy vertiginosos, algunos estudios sugieren que en los próximos 10 años aparecerán trabajos y profesiones que aún no existen y que de hecho no podemos imaginar. Sin embargo, este cambio ya lleva años ocurriendo y existen muchas profesiones emergentes que buscan ganarse su lugar en el futuro de nuestra sociedad, una de ellas es el Coaching Ontológico.

Pero, ¿Qué es el coaching? ¿Para qué sirve? ¿Quién es coach y quién no? ¿Quién, qué o quiénes avalan esta profesión?

En este artículo nos proponemos revelarte 7 verdades sobre el coaching que seguramente desconocías.

  1. El Coaching NO es un conjunto de "discursos motivacionales".


Con el creciente auge de la profesión y por ende de su aparato de marketing, más el impulso de las redes sociales y la desinformación que pueden traer asociada, hoy en día es muy común confundir gurús del "sí se puede" con coaches. La motivación es algo básico y fundamental en todo proceso de cambio y transformación, pero sólo una pequeña parte de lo que un proceso de coaching implica.


En una sesión de coaching, no solo se abordad temáticas referentes a lo motivacional, con mucha frecuencia se trabajan emociones como el enojo, la tristeza, el miedo, etc. No necesariamente el coachee se va de una sesión motivado, en muchos casos se requiere otro tipo de emocionalidades para llevar adelante un proceso acorde a las necesidades de un individuo particular, dependiendo de la etapa o el momento en el que se encuentre.


En esencia, el coaching, es un diálogo empoderativo, capaz de guiar a un individuo a incorporar creencias funcionales, desarrollar una forma de observar generativa y construir un lenguaje cargado de posibilidad que le permita alcanzar sus objetivos más exigentes.



2.    El coaching es un proceso metodológico, que se aprende y que lleva años perfeccionar.


Recibirse de Coach ontológico es solo el primer paso de un largo camino de práctica y perfeccionamiento, como dicen por ahí, "la práctica hace al maestro".


A diferencia de muchas otras disciplinas, el coaching consta de una técnica y una metodología de intervención no directiva. Dicha técnica busca garantizar la efectividad del proceso a partir de los propios recursos del consultante. Partiendo de la premisa de que "es el coachee quien tiene las respuestas a todas sus preguntas" el coaching ontológico ofrece un proceso de desarrollo personal a medida de cada coachee.


Ser capaz de implementar de forma efectiva este método requiere de una ardua preparación y práctica. Por eso, es fundamental contar con instancias efectivas de práctica durante la formación como coach, luego continuar practicando para perfeccionarse y además adquirir nuevas herramientas que nutran el método aprendido.


Desde nuestra perspectiva, todo aquel que desee dedicarse profesionalmente al acompañamiento de otros en sus procesos de desarrollo personal deberá adquirir e incorporar distintas herramientas y recursos para ello, el Coaching Ontológico es solo la base.


3.   A través de un proceso de coaching se pueden alcanzar resultados extraordinarios en cualquier área de la vida.


Es absolutamente cierto que un coach puede acompañar de forma efectiva a una persona a conseguir resultados increíbles en su vida, pero el trabajo con ello, y los alcances, dependerán en primer lugar de la preparación del coach, pero sobre todo de la predisposición consciente del coachee a llevar a delante el proceso. Ningún cambio es posible si no se está dispuesto a cambiar, el crecimiento y el conseguir algo increíble implica trabajo, dedicación y compromiso.


4.   Un Coach Ontológico NUNCA te dirá que hacer o si lo que estás haciendo está bien o está mal.

Un coach es un profesional del lenguaje, que, a través de preguntas e intervenciones puntuales, es capaz de indagar en los significados, las creencias y las estructuras fundamentales del lenguaje de su coachee poniendo en juego las actitudes, comportamientos y acciones que desea cambiar y permitiendo que encuentre sus propias respuestas o soluciones a los desafíos que le planeta el proceso de cambio que eligió transitar. En ningún caso juzgar, dar órdenes, directivas y/o consejos es el trabajo de un coach.


5.   No hay tipos de coaching, la metodología sólo es una.


La gente en general no sabe qué es el coaching y cree que cualquiera que ayuda a otro es un "coach" en "algo". Se confunde asesoría, mentoría, consultoría y terapia con coaching y cada una de ellas tiene su diferencia.


Quienes somos coaches, utilizamos adaptaciones del coaching uno a uno a espacios puntuales en los que preferimos desarrollarnos y sumamos herramientas complementarias para hacerlo y especializarnos en un ámbito o temática particular.

Decimos, pues, que somos coaches que por praxis nos especializamos en un área o temática específica. De ahí que podemos escuchar que existen "distintos tipos de coaching"; coaching de vida, de negocios, de pareja, nutricional, etc. Podemos tener también otros respaldos como ser capacitadores, haber trabajado en consultoría estratégica y utilizar otras herramientas. Pero cuando nació el coaching, nació con una búsqueda primaria de trabajo en consultorio uno a uno. El resto son adaptaciones con herramientas.


6.   Ser Coach implica trabajar "uno a uno" y ser capaz de aplicar una metodología determinada en la estructura de la conversación.


Muchos "coaches" utilizan como imagen una falsa figura de "gurú" o de "multimillonario", como si sólo su imagen estrafalaria, o su mercadotecnia estratégica, consiguieran los resultados en su vida y en la vida de las personas. Así es que existen "coaches" que dicen serlo y no lo son (sobre todo en redes sociales), personas que desconocen la metodología, que no hacen trabajo uno a uno, etc., todo lo que haría un auténtico coach, y se dicen coaches simplemente porque hacen talleres.


Se ve constantemente en el mercado "Nuevos coaches", "incluso escuelas de coaching", que poco han implementado la metodología y por lo tanto incapaces de garantizar la incorporación de competencias por parte de sus alumnos, haciendo de esta manera, una mala praxis de la profesión y formando pseudoprofesionales que desprestigian esta noble disciplina.


Pero, eso sí, son capaces de otorgar títulos y certificación a todo aquel que pague el suficiente dinero, dándole una "aproximación" de lo que el coaching es, y hasta ofreciendo oportunidades de negocio al convertirse en franquicias de coaching, vendiéndole un nombre a quien quiera hacerse coach o tener "una escuela", nombre que, a la larga, no garantizará nada (porque hay algunos tan mal formados que sin darse cuenta desacreditan la misma marca).


7.   Los avales son necesarios, pero no suficientes.


El tema de las asociaciones y sus avales es, quizá, uno de los más polémicos. Las asociaciones son grupos de personas que buscan establecer y garantizar estándares de calidad. Así como las hay de ingenieros, arquitectos, etcétera, las hay de coaches. Y en ocasiones, como en todos lados, existen favoritismos, relaciones por conveniencia y propagandismo.


Existen un gran número de asociaciones tanto nacionales como internacionales que acreditan a coaches mediante terceros (escuelas de coaching) que otorgan las famosas "certificaciones" de Coach Ontológico profesional. Sin embargo, la problemática está en el seguimiento que le dan a su gente. Y en verdad, es algo complicado, ya que como mencionamos anteriormente el favoritismo y los negocios suelen primar cuando hay dinero de por medio.


Cada asociación tiene su propia estructura que buscan garantizar que los coaches y las escuelas que avalan implementen la metodología correspondiente de la forma adecuada, sin embargo, esto dependerá en mayor parte de la integridad y el profesionalismo del coach o la escuela en sí misma, más que de las acreditaciones que pueda llegar a tener.


Las asociaciones pueden ser un respaldo e inclusive un buen parámetro para elegir un coach o una escuela, pero no son la solución para saber quiénes son los buenos o malos coaches o las "verdaderas escuelas de coaching", pues regulan lo que pueden y reconocen o no a sus miembros cuando les conviene. Y ésta es una incómoda realidad de muchas.


Cada escuela posee su propio estilo y lleva adelante el desarrollo de la profesión con su propia impronta, algunas de forma más atinada otras menos, dependiendo del criterio.


Antes de inscribirte en una escuela de coaching es importante asegurarte de conocer a fondo su propuesta, así como también sus acreditaciones y avales, aunque este último punto presenta un amplio debate como vimos anteriormente. Por sobre todo, es importante conocer que vas a aprender en cuanto al método para hacer coaching, que después de todo, es lo que esta profesión viene a garantizar y aportar.


Dado que el coaching es una de las principales profesiones en auge y que el futuro de esta, depende de quienes decidimos en el presente hacernos cargo de llevarla adelante, resulta de fundamental importancia que antes de elegir una escuela para formarte, te informes responsablemente. Comprendiendo efectivamente que es el coaching qué es lo que vas a prender al hacer la carrera, estudiando a fondo las propuestas formativas de cada escuela, comparando y constatando la información de forma objetiva y eligiendo la propuesta que te convierta en la clase de profesional que realmente estás buscando ser y que esta profesión necesita.


Marco Andreola
Coach Ontológico Profesional